Queridos
amigos lectores de este blog:
Pónganse un
buen par de audífonos, siéntense cómodos en un lugar tranquilo y disfruten a plenitud de esta joya
musical escrita por el genio de Beethoven e interpretada con el virtuosismo de
Perlman. Y después de tal banquete para el espíritu ¡comenten! ¡No se tomen
demasiado en serio mi artículo sobre el silencio!
Mario D´Agustino
Mario D´Agustino